En el año 1927 por mediación del Rey Alfonso XIII, Valencia recuperó la jurisdicción sobre la Albufera y su Devesa. El Ayuntamiento pagó por ello poco más de un millón de pesetas (hoy serían unos 6.000 euros) por lo que actualmente se conoce como La Albufera de Valencia.

En los años 60 y debido al auge que empezaba a adquirir el turismo, algunas empresas del sector de la construcción vieron en la zona de la Albufera un lugar “idóneo” para convertirlo en un gran complejo hotelero.

Se pretendía urbanizar a lo largo de toda la franja de la costa de unos 10 km, entre el mar y el lago de la Albufera. El espacio elegido fue la zona del Saler. Sin tener en cuenta el gran valor paisajístico de las dunas, presentes en la Albufera desde sus orígenes.

Formadas por minúsculas partículas de arena procedentes de la erosión de las rocas del Golfo de Valencia, las dunas constituyen uno de los grandes valores del Parque de la Albufera de Valencia.

Ocupan el espacio entre el litoral y el bosque de la Devesa (conocida también como la pinada). Las dunas suponen una importante protección para las playas, ya que forman una barrera que evita que el viento salino procedente del mar pueda afectar a la vegetación de la Devesa.

El proyecto turístico en un principio siguió adelante y a finales de la década de los 60 se hizo el Paseo Marítimo del Saler. Las dunas dieron paso a una serie de bares, tiendas, chiringuitos, aparcamientos, etc.

No tardaron en hacerse notar las consecuencias de tan disparatada obra. En los días de temporal, el oleaje irrumpía con fuerza sobre el muro de hormigón, arrastrando importantes cantidades de arena mar adentro. Pronto se vio cómo las playas del Saler veían muy reducida la extensión de sus playas.

Finalmente dos décadas más tarde, en los años 80, se tomó la decisión de derribar el paseo marítimo que se había hecho anteriormente, replantando de nuevo las dunas.

En 1973 se presentó el proyecto financiado por un empresario árabe que quería hacer una especie de isla artificial para un complejo turístico de unas 15.000 plazas. La idea se rechazó de pleno.

En 1976 se llegó a construir un Hipódromo que costó 80 millones de pesetas. El lugar lo ocupa hoy el Centro de Interpretación de la Albufera, Racó de L’Olla.

En esos años empiezan a intervenir las autoridades, presionadas en gran parte por las fuertes protestas que se producen. La prensa se hizo eco de una corriente de opiniones en contra. Entre otros, el Colegio de Arquitectos de Valencia. También tuvieron mucha repercusión mediática las denuncias dirigidas por Félix Rodríguez de la Fuente a través de sus programas defendiendo la importancia del hábitat de la Albufera para la supervivencia de muchas especies.

Cada vez se extendieron más las protestas bajo el lema “El Saler per al poble”. Este fue probablemente el primer movimiento ecologista de España, en los años 70. Todo un reto, teniendo en cuenta que estábamos todavía en tiempos de la dictadura.

Como resultado de todo esto, se tomó la decisión de poner fin a la privatización del Saler, reconociendo que era un espacio público que pertenecía a Valencia. El proyecto quedó definitivamente paralizado durante la legislatura del primer gobierno democrático de la ciudad, siendo alcalde de Valencia Ricardo Pérez Casado.

De no haber puesto freno a este macroproyecto, esto sería lo que tendríamos hoy en la zona del Saler en lugar de lo que actualmente es la Albufera de Valencia, un magnífico Parque Natural con más de 800 especies vegetales:

La Albufera de Valencia en 1963
Unos 180 hoteles, más de 2.000 apartamentos, 6.000 viviendas en núcleos costeros, 200 viviendas unifamiliares en el pinar. Además, un Palacio de Congresos Exposiciones y Conciertos, un Club Internacional de Prensa, Palacete de Huéspedes Ilustres, teatro al aire libre, cines, plaza de tientas y venta taurina (ya funcionaba desde 1968), tres Clubs Náuticos, Restaurantes, supermercados, tiendas, Bancos, Agencias de Turismo, Correos y Telégrafos, Clínicas. Campo de tiro de pichón, Campo de Golf (ya funcionaba en 1968), Club de Hípica, Club de Tenis, un Complejo deportivo.

Todo esto urbanizado en una superficie de 800 hectáreas, prácticamente toda la extensión de la Devesa.

Con una capacidad de aparcamiento para 10.000 vehículos.

La estimación de población en la zona residencial era de 40.000 personas y en la zona popular de 100.000 personas.

A pesar de todo, se consiguieron terminar y se mantuvieron un total de 29 torres de apartamentos repartidos entre la zona de les Gavines y la Casbah. También el Hotel Sidi Saler (sin actividad) y el Parador Nacional del Saler con un campo de golf que está entre los mejor valorados de Europa.

La Albufera de Valencia en 1960
Se conserva un lago artificial que iba a ser un puerto deportivo.

El paraje de la Albufera de Valencia fue declarado Parque Natural en 1986. Esto incluye el lago, la Devesa del Saler y los arrozales.

Tiene una superficie de unas 21.000 hectáreas y afecta a varios municipios.

A partir de ese momento empezaron los trabajos de regeneración de la Albufera para recuperar el espacio.

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